El 22 de febrero de 2012, la ciudad de Buenos Aires se vio sacudida por una tragedia que marcó un antes y un después en la historia del transporte ferroviario argentino. Un tren de la línea Sarmiento, que transportaba a más de 500 pasajeros, chocó contra el andén de la estación de Once, dejando un saldo de 52 muertos y más de 780 heridos. Este trágico evento, que se cumple diez años, despertó una profunda conmoción en la sociedad argentina y abrió una profunda herida que aún no cicatriza.
Un Accidente Evitable: La Tragedia de Once
El impacto del tren, que circulaba a una velocidad cinco veces mayor a la permitida al ingresar a la estación, causó un caos indescriptible. Los primeros vagones quedaron completamente destruidos, atrapando a decenas de pasajeros. Los relatos de quienes sobrevivieron, llenos de angustia y desesperación, reflejan la magnitud de la tragedia. La imagen de los hierros retorcidos y el trabajo incansable de los rescatistas se grabó para siempre en la memoria colectiva.
Las Causas de la Tragedia
La investigación judicial determinó que la tragedia de Once fue el resultado de una cadena de negligencias y responsabilidades compartidas. Se encontraron fallas graves en el sistema de seguridad del tren, incluyendo la falta de mantenimiento, la desactivación del sistema de frenado de hombre muerto y la ineficiencia de los frenos manuales.
- Falta de mantenimiento: El tren que chocó en Once tenía más de 60 años y sufría de un grave deterioro, con un mantenimiento deficiente que se limitaba a lo indispensable para mantenerlo en funcionamiento.
- Sistema de frenado de hombre muerto desactivado: Este sistema, que se activa automáticamente en caso de que el maquinista pierda la conciencia, estaba desactivado. El maquinista, Marcos Córdoba, confesó haberlo anulado.
- Frenos manuales ineficientes: Los frenos manuales fueron activados, pero no lograron detener la formación a tiempo.
- Hacinamiento: El tren transportaba a una cantidad de pasajeros superior a la capacidad permitida, lo que dificultó la evacuación en caso de emergencia.
La tragedia de Once no fue un hecho aislado. En los años posteriores se registraron otros accidentes ferroviarios, lo que evidencia la precariedad del sistema de transporte público en Argentina. La falta de inversión, la corrupción y la negligencia fueron factores determinantes en la ocurrencia de estos accidentes.
Responsables y Consecuencias
El juez Claudio Bonadío, en su fallo del 18 de octubre de 2012, estableció que las responsabilidades por la tragedia de Once se repartían entre la empresa concesionaria, los funcionarios públicos y el maquinista.
Los Juicios y las Condenas
El juicio oral por la tragedia de Once comenzó en marzo de 2014 y se extendió por 135 audiencias. Se juzgó a 28 imputados, entre ellos funcionarios del gobierno, directivos de la empresa concesionaria y el maquinista.
- Juan Pablo Schiavi: Ex secretario de Transporte, condenado a 8 años de prisión, luego reducida a 5 años y seis meses.
- Ricardo Jaime: Ex secretario de Transporte, condenado a 6 años de prisión, luego elevado a 7 años.
- Julio de Vido: Ex ministro de Planificación, condenado a cinco años y 8 meses de prisión por administración fraudulenta .
- Marcos Córdoba: El maquinista, condenado a 3 años y 3 meses de prisión.
- Mario y Claudio Sergio Cirigliano: Hermanos dueños de la empresa concesionaria TBA, condenados a 9 años de prisión.
Las condenas fueron recibidas con alivio por las familias de las víctimas, que habían luchado incansablemente por la justicia. Sin embargo, la lucha por la verdad y la reparación no terminó con los juicios.
El Legado de la Tragedia de Once
La tragedia de Once dejó un legado de dolor, pero también de lucha y reivindicación. Las familias de las víctimas, unidas por el dolor compartido, se organizaron para exigir justicia y reclamar por la seguridad del sistema ferroviario.
Un Sistema Ferroviario en Crisis
La tragedia de Once puso de manifiesto la crisis del sistema ferroviario argentino, que venía arrastrando problemas de infraestructura, falta de mantenimiento, corrupción y negligencia desde hacía décadas.
Las Familias de las Víctimas: Lucha por la Memoria y la Justicia
Las familias de las víctimas, unidas en la organización Familiares y Amigos de Víctimas y Heridos de la tragedia de Once 22/2, han mantenido viva la memoria de sus seres queridos y han luchado por la justicia. Su lucha ha sido fundamental para visibilizar las causas de la tragedia y para exigir cambios en el sistema ferroviario.
Reformas y Cambios
La tragedia de Once impulsó una serie de reformas en el sistema ferroviario argentino. El gobierno nacional retiró la concesión a la empresa TBA y se hizo cargo de la operación de la línea Sarmiento. Se implementaron nuevos sistemas de seguridad y se comenzó a invertir en la modernización de la infraestructura.
(Consultas Habituales)
¿Qué ocurrió en la Tragedia de Once?
El 22 de febrero de 2012, un tren de la línea Sarmiento chocó contra el andén de la estación de Once, dejando un saldo de 52 muertos y más de 780 heridos. El tren circulaba a una velocidad cinco veces mayor a la permitida al ingresar a la estación.
¿Quiénes fueron los responsables de la tragedia?
La investigación judicial determinó que la tragedia fue el resultado de una cadena de negligencias y responsabilidades compartidas entre la empresa concesionaria, los funcionarios públicos y el maquinista.
¿Qué se hizo después de la tragedia?
El gobierno nacional retiró la concesión a la empresa TBA y se hizo cargo de la operación de la línea Sarmiento. Se implementaron nuevos sistemas de seguridad y se comenzó a invertir en la modernización de la infraestructura.
¿Cómo se recuerda la tragedia a diez años?
Las familias de las víctimas mantienen viva la memoria de sus seres queridos y siguen luchando por la justicia. La sociedad argentina recuerda la tragedia como un símbolo de la corrupción y la negligencia que afectaron al sistema ferroviario.
La tragedia de Once fue un evento que marcó un antes y un después en la historia del transporte ferroviario argentino. Fue un recordatorio de la importancia de la seguridad y la responsabilidad en el sistema de transporte público. La lucha por la justicia y la memoria de las víctimas continúa, pero la tragedia de Once nos ha dejado una lección invaluable: la seguridad y la responsabilidad no pueden ser negociables.
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